Al hombre que fue rico difícilmente se le quita la maña

Me dio un guayabo enterarme de la ruptura del matrimonio entre mi amiga Lina, colombiana ella y su marido Lorenzo, mexicano. Obvio no son sus nombres reales, pero la historia sí que lo es.

Lina me lleva un década, cuando conoció a Lorenzo hace 14 años tenía 40 y algunos, las dos militábamos en un club de Cancún en la zona hotelera, de esos que no tienen habitaciones,  que son mas bien discotecas donde buscas a una chica galante y te la llevas al hotel. Nos iba bien la verdad, nosotras un par de brasileras y alguna venezolana éramos las más solicitadas, aunque para todas había. Una noche llegó Lorenzo, un tipo entre fornido y rollizo, con buenos cachetes cual buena camisa, su Tag Heuer en la muñeca y su whisky en la mano, Lorenzo **** descendiente de presidente de la república, hágame usted el cobrón favor

Las mujeres de este oficio cuando enamoran a un cliente eso no se tarda, eso es de un día para el otro, nada de que lo piensan a ver cual es que es, en general, un hombre cuando baja la guardia con cualquier mujer es inmediato y mas con nosotras sabedoras de cómo es que se menea el chocolate. Y así fue, esa noche que Lina conoció a Lorenzo fue la última noche de ella como dama de compañía, Lina al igual que yo llevaba casi dos décadas, chingándole duro y parejo para sacar a sus muchachos adelante, su principal objetivo eran esas tres joyas todas en edades escolares por aquel entonces.

Con Lina fuera de la cancha yo también me aculillé y volé gallera pa´ México.

Lina y Lorenzo tórtolos en apogeo se la pasaban de viaje en viaje, él en sus negocios y ella acompañándolo. Y la vaina era de grueso calibre, se codeaban con pura caca grande. Les alcancé yo a conocer un departamento que rentaban muy cerca a Presidente Masaryk de doble altura, amplio y de super lujo, allí pues uno entre chiste y chanza se enteraba de los negocios de Lorenzo; él andaba en negociaciones para comprar una aerolínea.... ¡una aerolínea! 

Enterada yo del negocito, le fuí diciendo a Lina: -mija querida, hermana mía, si este hombre le pide media pierna usted se la dá, que no haya hueco por donde no se lo meta- yo la mas interesada de la dupla, pero es que ¿quién no?, entenderá usted chismoso lector que el hecho de tener la capacidad económica para una aerolínea no es como para ponerse de remilgosa.

Los meses pasaban y evidentemente nuestra cercanía ya no era tanta, ella en luna de miel me contaba grosso modo, como andaban las cosas.... 

...pues que siempre lo de la aerolínea no se dió, pero que él tenía otros miles de negocios nunca de dudosa procedencia pero sí de débil continuidad, par de años más tarde Lina y Lorenzo se casaban  por lo civil en Guanajuato, yo interpretaba que la cosa iba viento en popa. 

¿Cuál era la profesión de Lorenzo? indefinida, él contactaba a unos para hacer negocio con otros y ganaba la comisión, nunca fue el duro de la plata para la mentada aerolínea, mas bien era el vocero de otros que si tenían tantísimo dinero. Me vine enterando que del departamento de ensueño de Polanco los sacaron casi con policía. 

Lorenzo nació en cuna de oro y de sus contactos vivió y sigue viviendo a la espera que el dinero llegue mañana, y sí llega, pero no siempre. Cuando le caía, Lina estaba de shopping en Palacio del hierro, montada con gafas Cartier y bolsa Ferragamo, mandaba dinero a su familia y pagaban lo que se debía, pero como bolita de nieve cada vez fue menos el dinero y más la deuda.

Lina que si viene (al igual que yo) del fondo de la inopia, le propuso rentar mas barato,  pagar un PPR, de perdida pagar un seguro médico, pero Lorenzo no hizo caso, gastó y gasta hasta la fecha como millonario, paga cenas para 15 personas en Porfirio´s en la noche, para en tres días estar sumido en una tristeza inconmensurable.  A su hija mayor (Lorenzo ya había estado casado antes) le pagaba un hotel de 2000 pesos por noche y lo hizo por casi seis meses, ¡en qué cabeza cabe eso! ella misma, la hija, le propuso que le diera ese dinero en uno o dos golpes para ella meterlo como cuota inicial de un departamento a lo que él contestó: -yo no tengo ese dinero así, lo tengo al día-

La burbuja Lorenzo, estalló este año, y con ella tronó el matrimonio con Lina.

Este caso lo he visto muchas veces en México, lamentablemente el "mame" por ir a tal antro, por tener tal camioneta, por cenar en tal restaurante, por casarse fastuosamente, se ha convertido en la marca oficial del poder en México. Aunque escribo desde la barrera, porque como nunca he sido rica no me importa que después de verme comer en el Quintonil me vean en la fonda doña pelos, al parecer ese bajonazo de estrato social es una lepra que segrega al hombre mexicano. No me acabo el blog si les contara los casos de hombres, muchos, por ejemplo: "el calvo" (el solo) contrata hasta a 11 mujeres (porque participé y sé de lo que hablo) con sus respectivas botellas y aderezos, hablo de fácil 150 mil pesos mexicanos por fiesta, para que su departamento esté en dudosas condiciones y sea por Coapa, o los que cuando empieza la rumba son botalones, pero a las 12 horas llaman a "las de confianza" a que les presten para una felpa de perico y unas cervezas, préstamo al aire obviamente.

Al hombre que se acostumbró a ser el rico del grupo difícilmente se le acostumbra el paladar a comer huevo frito. ¡Que contradicción! malo ser jodido y no tener una sola oportunidad de ser bendecido con una buena cantidad, pero peor serlo y no aprovecharla. 

Lorenzo era de que tuviera una buena casa y seguramente varias otras propiedades para rentar y vivir feliz con Lina, ellos se amaban mucho, hoy él no tiene nada y ella enfrenta la eterna duda de la escort: ¿hacerlo una vez mas?

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De los hombres que viven de cortinas de humo, líbranos Señor.

 



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