Yo no quiero volver a ser Jenny

Cuando Valentina se iba a ir para usa era obvio que necesitaba dinero y claro uno quiere 100000 de totazo, pero si no se puede con 500 algo se hace; su amigo Eduardo, cliente de hueso colorado se la pasaba diciéndole: -ya casi te vas hay que despedirnos, te invito a cenar a donde tu quieras con todas tus amigas- y ella (me consta) mas de 10 veces de diferentes formas le decía: -ay Lalito, es que ando sin dinero ni para trasporte, antes de despedidas tengo es que solucionar- a lo que ese bojote, no atinaba a entender que ella le estaba pidiendo dinero en cash, ni siquiera se le ocurría llevarla con él a un bisne, pagarle por coger, de perdida no le estaba regalando sino pagando y eso que la mentada invitación se le repetiría como por dos meses, mismo tiempo que él "no entendió" o se hizo el que no entendió.

Las prostitutas nos movemos por dinero, pero las que no lo son y su nivel económico es bajo, también, no toca ser un genio para darse cuenta que hace feliz a su mujer, pero no toda las veces es plata. 

"Comprender cómo se siente, qué es lo que más quiere y valora, qué le preocupa, qué teme y qué le hace sufrir. Que el hombre sea capaz de comprender su mundo interior y sus emociones, que la escuche, es una de las mayores necesidades que manifiestan la gran mayoría de mujeres. Aunque en realidad todos necesitamos sentirnos comprendidos, esa necesidad aumenta y es mayor en la mujer que en el hombre." Artículo completo aquí.

Lo que las mujeres queremos a veces se enmascara y pues sí, a ustedes les toca sacar toda la Inteligencia interpersonal para entender las señales OBVIAS. Porque nosotras sí lo decimos, solo que a veces usamos lenguajes diferentes.

Este tema va muy de la mano con la comunicación, en el pasado artículo Mas dice lo que no se dice, les platicaba de un ¨genio¨ que se empeñaba en regalarme encartes (en colombiano encarte es una situación o cosa engorrosa) y de esos hay por montones: el que me quiso prestar su casa en Acapulco y que yo le pagara con mi servicio hasta completar los 30 mil pesos que valía la estadía por 5 días allí, le faltó ofrecerme subscripción para cogérmelo gratis, el mas descarado que me regaló ropa interior que estoy segura no compró para mi porque no era mi talla y le faltaba una pieza, tan sabía su grosería que me insistió en no abrir el regalo mientras estaba con él, claro, sabía que me estaba regalando porquerías y ya han leído en mis anécdotas con clientes de mi pretendiente "en serio" al que le pedí ayuda porque tenía 60 pesos en mi cuenta y no me alcanzaba ni para sacarlos por el cajero y el muy HDSPM me puso 40 pesos para que yo sí pudiera.

Por supuesto que como han habido así, también hay los que leen hasta el mínimo mover de mis orejas, los que siempre supieron que necesitaba y estuvieron ahí para ayudarme sin que yo lo pidiera verbalmente, ellos sabían que yo en verdad me sentía bonito y no quería arruinar el momento he hicieron lo que yo esperaba que hicieran. 

Regálame tranquilidad, o de perdida no me la robes.

Montoneras de ejemplos tengo de manes que para comprar perico y alcohol son amplios, ahí si no escatiman, pero para pagarle a uno son remilgosos, como si uno estuviera con ellos por la peda, no es así y aunque hay momentos en que uno quiere agarrar el pedo, no es el común, uno va es por su plata, pero si es muy frustrante que le digan a uno, tengo de todo, whiskey, cerveza, vino... ven que acá te espero, cuando uno esta preocupado como completar la renta.

Siempre he sido mala pidiendo, me agarré en el tren del yo si puedo y no quiero ser abusiva, créame querido lector que trabajo en mejorar y en pedir ayuda si la requiero, pero me cuesta muchísimo abrir la boca si necesito algo, por eso cuando la pido y de dientes pa´fuera en un sí, pero nunca veo lo que pido, me genere mucha frustración.

Además de la premura evidente por la plata, está el trauma (yo lo considero trauma, no creo exagerar) de la temporada uno, quedé extenuada de las noches de juerga, me aterra regresar a estar peda dos o tres veces por semana, afortunadamente a las drogas ya ni tengo acceso ni tengo el dinero pero por ningún motivo me gustaría tentarle, quiero tener mis clientes en el día y que cuando me dé sueño me pueda dormir en una cama calientita, tomarme mis medicinas que cabe decir las tomo precisamente por los efectos que el alcohol produjo en mi cuerpo y quedarme plácidamente dormida, esa es mi definición de paz.


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