Detener la inercia, ese es el problema

Ustedes todos son mas jóvenes que yo,  no sabrán de lo que hablo (espero que sí, es cultura general) pero antes de Simone Biles y de Alexa Moreno estaba Nadia Comăneci y aunque ella compitió en los olímpicos antes de que yo naciera imagínense el impacto mundial que generó, que hasta yo siendo una niña sin internet en un pueblito perdido de Colombia sabía de ella y sabía que sería inigualable. 

Yo no podría ni medianamente acercarme a la disciplina que se requiere para lograr un 10% de lo que Nadia hacía al parecer con facilidad.

Simón y Alexa son músculo, son fuertes, son rollizas, Nadia era grácil, era el cuerpo en 3d del ejemplo de ser humano que dibujan en los textos de biología de antes, cuando lo bonito si importaba, en su presentación parecía que se habían eliminado las leyes físicas, sin fuerza centrípeta, sin rebote y obvio sin miedo; el solo pensar en encaramarme en una escalera a bajar las lentejas de la alacena y quedar parapléjica me aterra, pero Nadia se encaramaba, se tiraba, se revolvía, rotaba y lo hacía para adelante y para atrás, sin miedo a la muerte, Nadia volaba.

Me hipnotiza este deporte, que claro dejaré para un será en otra vida y no solo por el hecho de que tengo hiperlaxitud en las extremidades superiores, sino porque aparte de aprender a hacer semejantes piruetas, el cuerpo fugaz buscará enfrentarse a lo que le repele cuando quiere parar, viento, gravedad y el hecho de querer disminuir la rapidez que le costó tanto agarrar para lograr la maniobra, mejor dicho... deja usted que no se mate uno en el intento ¡que pueda parar a tiempo! 

Envidio de cierta manera y solo a veces a las personas que no las mueve un temblor de tierra, que como decía mi abuela, toca ponerles un tote en el culo para que se les ocurra pedirle permiso a una pata para mover la otra, gente aletargada, lenta, sin creatividad, sin ocurrencia, sin chispa y muy sorprendentemente viven, siguen y hasta les va muy bien, pareciera que no les preocupa nada en la vida, yo soy del equipo contrario, voy con chispa sin apagar, siempre tengo cosas que hacer, así no tenga cosas que hacer, me invento oficios por terminar, este blog es ejemplo de lo que hablo, se me ocurrió un día escribir desde la perspectiva de puta y acá estoy yo ocupada en entretenerlo a usted, desocupado. 

Esa característica lenta o rápida de proceder se transpola a todos los campos, por ejemplo: al comer lo hago como expresidiaria: en chinga, por eso para no pasar por maleducada prefiero comer sola a comer "por tiempos", hablo como cotorra y me he tenido que entrenar para parar el pico, cuando bebía lo hacía sin llenadera lo que me condujo al alcoholismo, odio con fiereza, consiento con enjundia, beso con profundidad y así... las personas rápidas tenemos los sentimientos frenéticos, ello nos lleva al descontrol, al poco manejo de la inteligencia emocional, ahora les dicen hiperactivos, pero yo que fui maestra de educación especial sé que ese termino se putió, así que dejémoslo en personas vibrantes.

Una persona vibrante es luminosa, antagónica de una lenta, resuelve sí o sí, no se queda quieta frente a la injusticia, pero en contraposición es metida por naturaleza, detenerse a pensar que hacer ese favor puede ir en contra de sus propios intereses es todo un entrenamiento, y claro en los afectos pasa lo mismo, amar con medida le resulta complicado, antinatural, yo en todo me suelto como gorda en tobogán. De alguna manera las personas vibrantes divagamos en encontrar el momento justo para detener la inercia, más aún ni siquiera lo buscamos... yo le sigo.

¿Cómo chingados le habrá hecho Nadia para ir a quién sabe cuántos kilómetros por hora y parar en seco? en ella se veí tan fácil, se detenía y no se iba de bruces ni se rompía la jeta contra el piso, como bien lo haría yo si se me ocurrieran esas proezas y como no le dolía pues podía continuar al siguiente aparato sin haberse roto nada, sin haberse ni siquiera hincado. Ahí está el problemón de los que amamos desbocados, toca detener la inercia para no golpearse y seguirle. Aún no he aprendido a hacerlo, no he podido manipular mi propia naturaleza y ya llevo media vida.... ¿podré? 

¡Quien fuera Nadia Comăneci!


 

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1 Comentarios

  1. Estimada Luisa,

    En primer lugar, me parece increiblemente su forma de narrar las ideas. Es usted una muy buena comunicadora. ¡Chapeau!

    El ejemplo que escogió ilustra muy bien su mensaje. ¿Cómo carrizo le hacía esa muchacha para salir de la barra asimétrica, dar tres vueltas en el aire como jugaror de basket y encima caer como pluma? eso desafía la primera Ley de Newton y por eso nadie va preso.

    Su condición de hiperactiva lo veo más bien como un don que como un handicap. El día tiene 24 horas, ni una más y la idea es utilizarlas todas. Ese es el gran regalo que la Naturaleza nos dió. Y como bien decía el finado presidente Venezolano Carlos Andrés Pérez: "para que descansar ahora si a todos nos viene el descanso eterno".

    Además, dicen que es mejor pedir perdón que pedir permiso, así que si en su torbellino diario usted se pasa un poquito de la raya y se lleva a alguien por delante, siempre puede repararlo. Problema es cuando ni siquiera llega a tiempo para equivocarse.

    Mi consejo para cerrar: aprenda usted la ciencia del "Damage control". Porque la inacción es pecado, así como reza la parábola de los talentos, (Mateo 25:14-30).

    My two cents.-

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